martes, 29 de octubre de 2013

Mª Rosa Martínez, o el bordado de la mamma como bella arte


Cosiendo se construye, mas bordar es la excelencia. Aguja, hilo, dedal, y paciencia sobre la escogida tela. En silencio, emerge poco a poco, sutil, en relieve y con colores. Es la técnica artesana femenina por antonomasia, que atraviesa los siglos y desde las tumbas se levanta de su íntima oscuridad hasta los museos. Desde el anonimato mantenido invariable durante milenios, la situación cambia con la irrupción de la mujer en el campo del arte contemporáneo, ocupado históricamente por el hombre. Así Anni Albers, que investigó en los años treinta del pasado siglo formas y colores, o Louise Bourgeois en los ochenta. Su araña de bronce ante el museo Guggenheim evoca a la mujer -su nombre es ’Mamá’-, en clave de sinécdoque. Cómo las palabras salen de la boca, sus tejidos hilos sostienen la vida, según expresión de Amalia Bautista en su poemario Hilos de seda. En las exposiciones de Iratxe Larrea, Elena del Rivero o Victoria Civera, como también en las de María Puertas o Neves Seara, son parte significativa. A ellas, desde el silencio, queremos añadir, una artista: María Rosa Martínez Gil (1928-2013), que fallecía hace una semana en Madrid.

Mª Rosa Martínez y el artista OcañaMartínez, confeccionando un Mantelius y la obra definitiva en el taller de este en Madrid, 1993.
Gallega de Montecelo de Crecente (Pontevedra), afincada en Tamallancos y Ourense por razón del trabajo de su esposo, en una época indeleble en su memoria conservando casa, pese a los muchos años de vida en Madrid con su hijo, el conocido artista José Antonio Ocaña Martínez. Con él colaboró en sus proyectos expositivos en las últimas décadas de su longeva vida. Suya es la costura en hilo de oro en la sandalia del Ángel músico del políptico de San Rosendo, realizado ex profeso para el Año Santo en 2007.


Ocañamartínez, Políptico de san Rosendo, 2007 (hoy en Celanova, con videoinstalación, desmontado...).
Mª Rosa Martínez, S/T
Un tiempo entre costuras también el suyo, mas distinto al novelado con éxito por María Dueñas. Sus obras se han podido ver asimismo en 2004 en la exposición Mantelius de su hijo en el Centro Cultural de la Deputación, y así aparece en el catálogo: unas creaciones de aire cartesiano, vanguardia tridimensional desde el color, sobre tela de lino belga cruda, hilos de lino naturales y algodón natural, mas también hilos de oro o plata fina. Sus primorosas realizaciones cruzaron el Mediterráneo con la obra de ‘OcañaMartínez’ hasta Ferrara (Italia, 2008: ‘Persiguiendo horizontes’), en la Fundación Cosme Tura. 


Mª Rosa Martínez , S/T

Recientemente en Ourense han estado presentes en “O feminino como pretexto” (Museo Municipal, 2011), retrospectiva de la trayectoria plástica de José Antonio. Hasta aquí su ‘history’, minibiografía desde la que pretendemos visibilizar una mujer que salió desde su intrahistoria -las labores de mamá-, de la artesanía anecdótica familiar del bordado popular, al mundo de las bellas artes: un salto del arte menor al mayor, desde su conocimiento de las telas y de su hijo, expresando desde el pragmatismo el pensamiento estético de aquel, de colores y formas. En el primer día de difuntos, en que ambos estaremos sin nuestras madres, el femenino arte del silencio, una creación desde la aguja por descubrir.


Un "Mantelius" de Ocañamartínez.



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