Reunión Plenaria del Grupo Francisco de Moure en Oseira

            Como cada año por estas fechas nos reunimos ayer en nuestra sede nominal, convocados por nuestro Presidente Miguel Ángel González, al calor de la amistad, un numeroso y selecto grupo plural de estudiosos del arte de nuestra provincia.

          La preocupación por el patrimonio cultural (estado del claustro de San Francisco, capilla de los Remedios y Puente viejo de Ourense, cubiertas de S.Miguel de Celanova y Sta. Comba de Bande, retablo mayor de Montederramo,...), y la elaboración de nuestra revista Porta da Aira y de los libros monográficos (a los que llamamos Cuadernos) centró el orden del día.

Tras la reunión plenaria los asistentes posamos en la Biblioteca diochesca (foto Mani Moretón)

             De relevancia artística es el fallo del Premio Francisco de Moure que anualmente concedemos el grupo concedemos en pro del cuidado, acrecentamiento y divulgación del Patrimonio cultural de Ourense.

En el punto rojo la capilla catedralicia

         


            Este año se lo hemos dado al pintor D. Manuel Vidal y al Deán D. Serafín Marqués por el cuadro "Emaús", en calidad de artista y comitente respectivamente, quiénes desde su generosidad y arte han enriquecido nuestro patrimonio acrecentando esta joya paradigmática de estilo Barroco que es la Capilla del Santo Cristo de la Catedral Auriense.


        Así lo hemos postulado dos de nosotros, siendo secundados por todos en la votación. Porque a la par que soluciona un problema patrimonial -el deterioro de la obra precedente hacía imposible su recuperación-, es una aportación iconográfica de relevancia, de la que ya dimos cuenta con anterioridad en este cuaderno digital.

Su ubicación en la Capilla, a la derecha de nuestras miradas

También la expresión de la sensibilidad artística y espiritual (trascendente) de los mecenas. 

Como siempre, por lo demás, en la historia del arte. 

 Es por otra parte la constatación de que los artistas contemporáneos pueden seguir siendo creadores en el arte religioso aportando desde nuestro tiempo su reflexión.  

El maestro repostero fué el Abad 

Final del encuentro (Miguel Ángel, La Región)

Ana delante de su delicatessen

Nos reunimos luego en torno a otra mesa, dispuesta en el refectorio de la hospedería, en torno a un cocido, tradicional menú de esta época. Hubo comentarios de arte al calor de la amistad, loas al cocido -este año inconmensurable, a lo que contribuyó el Ribera del Duero que motu propio llevó D. Juan Saco-, que culminaron con los postres, uno de factura heráldica, aportado por Ana Malingre, y el de filiación laberíntica elaborado por el Abad Frei Juan Javier, quien nos acompañó al final, tras aparecer el P. Frei Mª Damián Yáñez, el venerable, con su capa, buen humor y bastón, a sus noventa y cinco joviales años.