miércoles, 19 de noviembre de 2014

Gill Bird: Ángeles


'Ángel lejano', pastel y collage.
Trae Gill Bird, hasta las salas del Centro Cultural, una amplia muestra artística: pintura y dibujo, collage y también escultura. La artista del País de Gales (Gran Bretaña), asentada entre nosotros desde hace casi cuatro décadas en la Casa Grande de Soutullo (concello de Coles), expone de nuevo, lo que es una buena noticia. Mas nada que ver, apenas, con la del Pub Studio 34, de 1998. Gustaba entonces la pintora del 'dibujo ultrarrealista', para captar la belleza femenina en el ballet, y mujeres en pose, realzando sus volúmenes en claroscuros desde la monocromía de sus lápices. Así había participado en la colectiva Mulleres Pintoras Ourensás, del Mº Municipal, tras la de su Cardiff natal, en 1977 en el Chapter Arts Centre, que había sido la primera. Con la de Celanova, ‘Encetando ilusións’, inicia su caminar en solitario, llevándola al Barco de Valdeorras, concluyendo esta breve e intensa fase en 2000 con las de Allariz y Xinzo da Limia. Llegaba con la licenciatura en Bellas Artes por la Universidad de Manchester, además de la de inglés, ocupación ésta que se convirtió en la prioritaria, más allá de la familia. Es ahora cuando, en la madurez, ha retomado la actividad plástica con ‘Ángeles’, agradeciendo a quiénes la han ayudado.

En Star (1 et 2) explica Bird su intención, a modo de secuencia, en una mirada reflexiva de las ilusiones femeninas, de niña a mujer, desde la imagen. En otras, se inspira en las mujeres prostituidas para el turismo sexual en el Sankt Pauli de Ámsterdam. Su decir plástico desborda el lienzo hasta el paspartú en cajas que cierran finos alambres en la superficie, como denuncia, recortándolo en siluetas que pega, aunque prevalezca lo decorativo. En ‘Ángel lejano’, portada del tríptico, una niña y su gato Shiva en un sofá, las plumas en collage se transmutan en pintura.

Obras amables breves como un tweet, son la nueva Gill Bird, que hace su reentré con esculturas polícromas de su exposición permanente en Soutullo.

'Ángel fugaz'.
Vive en Ourense, Galicia, desde 1977, y mora en la Casa Grande de Soutullo (Coles, inmediaciones de Ourense)casada con Benito Batán, 'La Casa permaneció abandonada y en ruinas desde 1973 a 1989, cuando Maria Milagros (1907-1998), la donó a su hijo Benito Batán'. Este, en 2000, con su mujer la abren al turismo. 

'Retorno del Ángel'.
'Mantón', está en la exposición, una obra de la primera época.
Una pintora que se expresaba por la figura, desde el 'dibujo ultrarrealista' en sus palabas para captar la belleza femenina del bailarinas de ballet, y mujeres que posan, destacando su volúmenes en la monocromía de los claroscuros.

En el hall de su casa, obra de hace unas décadas.



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