lunes, 1 de octubre de 2012

Desnudando expresiones masculinas


 “Una mirada sobre las actitudes humanas” titula Moncho Conde su exposición en el Centro Cultural de la Deputación orensana, un título que se queda corto pues son visiones, o situaciones, de las relaciones interpersonales, humanas actitudes desde el repertorio de gestos concentrado en los rostros. Bustos cortos y largos, torsos siempre: calvos y desnudos, están hundidos en una masa indiferenciada, sin acabar de salir de ella. Interaccionan así, inmaduros, y en tal tesitura expresiva se comportan. Esa relación de unos con otros expresa las relaciones gestuales de poder, mundo al que asistimos como espectadores de un teatrillo, como “en el nombre del padre”, y principalmente “El nacimiento del superhombre ante sus asombrados vecinos”, obra central de la muestra ante la que el artista posó con los políticos. El asombro del padre, y sus relaciones con el que fue experto cantero de las tierras alaricanas de Valverde, sigue presente en Ramón Ángel Conde Bermúdez (1951) como una sombra, en sus exposiciones. (Aquí el artº completo)


Aquel Moncho Conde que hizo su primera exposición en el Arqueológico con Luis A. Rdz. Vecino, Antonio Sampayo y Miguel Ángel Martínez Coello -“arte nuevo en cuatro tiempos”-, en barro (y con pintura) hace ahora cuarenta años, ha trabajado después algo la piedra y más aún el bronce, siendo desde hace años su material predilecto la fibra de vidrio y las resinas con áridos, cuya pátina anima con sus pinceles.

No gusta de representar dulzura, placer, felicidad o el amor. La suya es una lucha desde un lado de la expresión, la masculina, con un énfasis en lo duro y acerado de la vida del ‘homo hominis lupus’ que, inspirado en el escritor latino republicano Plauto, tomó para su tratado sobre el ciudadano Thomas Hobbes.

El artista expresa  actitudes dialécticas entre dos personajes (Contención-explosión, ¡Cómo te lo digo!, Complementariedad rígida o El prisionero de sí mismo) a las que une la serie de Reflejos, una exposición anterior (El rigor, Sé quien eres), rostros ante espejos torcidos que dan una imagen deformada.

Esta compleja muestra escultórica -que incluye además dibujos, de hace bastantes años, a modo de complemento ?!- se asienta en otras de los últimos años, ofreciéndonos con ello una panoplia expresiva de aires conclusivos.

Es en esta complejidad de miradas y expresiones dónde Conde se siente ya más a gusto, como ha mostrada en obras públicas (el Emigrante, Vigo; Arco de triunfo. Lugo; Fiel contraste, Pontevedra), tan lejos ya de la del Guardián de la Torre herculina.

El vino del ribeiro de Arnoia, Val de Nairoa, en la presentación, completó la inauguración en clave de envento.


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