lunes, 8 de agosto de 2011

No es una piedra cualquiera (de Mantegna a Caravaggio)



La "Deposizione"(300 x 203, ól. s. lienzo) de Michelángelo Merisi, Il Caravaggio (Milán, 1571 / Porto Ercole, 1610). O "El Santo Entierro", "Entierro de Cristo", "Preparación de Cristo muerto sobre la piedra de unción" y también "Descendimiento de la Cruz". Esta obra maestra se ha trasladado excepcionalmente al Mº del Prado, en el que se halla desde el 21 de julio hasta mediados de septiembre. Es parte del programa expositivo 'La obra invitada', que procede de los Museos Vaticanos, movimiento favorecido por la visita a Madrid de Benedicto XVI. Requisada en 1797 por el ejército napoleónico, la pintura fue restituida en 1817, colocándose en que la Pinacoteca Vaticana. Es la protagonista de la exposición La Palabra hecha imagen. Pinturas de Cristo en el Museo del Prado.








Se pintó entre 1602 y 1603. El cliente que lo encargó, Girolamo Vittrice -familiar de Pietro Vittrice, importante personaje-, le pidió que representara la redención de Cristo. La losa de mármol presenta hacia nosotros su ángulo, quizás en relación directa con el salmo 118 («La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo»). Sobre dicha piedra "está el futuro de Cristo y de su iglesia, y sobre ella reposa la esperanza de salvación de Pietro Vittrice y de todos los creyentes", ha dicho el director de los Museos vaticanos. Se han señalado diversos modelos iconográficos para esta pintura, siendo el más evidente el del cuerpo de Cristo, desde La Piedad de Miguel Ángel, rastro que aparece reiteradamente en su obra. También se han apreciado vínculos entre la manera en que se dispone dicho cuerpo con relieves clásicos, mas  Caravaggio reelaboró todos los estímulos en una obra que nueva desde el punto de vista iconográfico y religioso.


Se realizó para el altar dedicado a la Piedad de Santa Maria in Vallicella (o Chiesa Nuova), iglesia del Oratorio que fundara San Felipe Neri, contexto ideológico de relevancia. En esa iglesia se conserva una copia del cuadro en el altar.

Se trata de una obra en negro, en la que rompe el silencio María de Cleofás, que alza las manos con un grito desesperado. El piadoso Nicodemo, que lo coge por las piernas es el retrato de Pietro Vittrice. Detrás están la Madre de Jesús, con la cara petrificada por el dolor; San Juan Evangelista, y María Magdalena, que llora todas sus lágrimas, un bello rostro pintado con ternura pues es el retrato de la amiga de Caravaggio, por la que se había batido en duelo. En fin, los "affetti" de los deudos, y algo más... Es en el fondo el rito judío común en todas las culturas del Mediterráneo, anterior a la inhumación. El cuerpo de Cristo, tras haber sido bajado de la Cruz, será desvestido y extendido sobre la gran piedra para ser lavado, perfumado, metido en el sudario y luego depositado en el sepulcro.


Véase así en el gran Andrea Mantegna, 1431-1506, principios del Renacimiento, escuela florentina, La lamentación sobre Cristo muerto, 1490, temple sobre tela, 68 x 81 cm, Pinacoteca di Brera, Milán.


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