Xosé Manuel Vidal Souto es un pintor figurativo, desde la crítica social a los temas de tradiciones y mitos, con un colorismo de gran densidad matérica hacia las causas marginales, a los que añade temas de la infancia: dos puntos de vista opuestos, como el movimiento del péndulo, en uno de pintor reflexivo, pausado, en el otro que prefiere la fuerza y la acción. Mas siempre vital y colorista, que exalta la vida, con ironía desmitificadora desde sus lienzos de progenie surrealista. Desde las pinturas murales de la prisión de Calvelle (Pereiro de Aguiar), se asocia en empresas plásticas con Alexandro (en ésta con Xaime Quessada a los mandos).
La pintura de Vidal destaca entre los tres con personalidad propia, aparente, vorágine compositiva que es emanación del pintar / vivir como explica Manolo Figueiras, en el catálogo quien sostiene que la mancha - color y la línea - composición son sus usuales modos, demostración de lo sensual / espiritual.
Ha conseguido reunirles Miguel A. Santalices Vieira, médico en política desde hace muchos años, parlamentario de varias legislaturas y desde hace dos años vicepresidente, que hace de Factótum conseguidor de la muestra, logrando que Teófilo Edicións haga su Catálogo.
Una de las contadas obras reproducidas en los media: en El Correo Gallego. |
Poco dado a presencias públicas, el día de la inauguración hizo mutis tras la implosiva tormenta perfecta introductoria del vate Luís G. Tosar a su verso ‘Concepción y nacimiento gozoso de Alemamavi’:
‘cuerpo de ángel verde con tres almas,
para ser pura luz desnuda delante de nosotros
llenándonos de colores y de enigmas,
para perderse en el laberinto de los mitos’.
Nervioso y emocionado, el artista de la rima oscura (Abreu mar en Auria un suco fondo, comienza...) quiso alumbrar el nacimiento de un nuevo ser, mítico y monstruoso a la vez con tres cabezas, o tricípites: que si bien se rotula 'Alexandroantónvidal es, para el vate, Vidalalexandolamazares.
Con el coincidimos cuando precisa que Alemamavi ‘completa parte de su aspecto y naturaleza con el ímpetu salvaje de Antón Lamazares, entrando en Ourense para comerse el mundo, y con el ritmo de Alexandro bailando encima de una mesa, en Muxía’. Lo que debe reafirmase ante la insistencia ad absurdum de la ourensanidad del lalinense-berlinés Lamazares.
Hay otras en Flickr con el antes y algunas obras, también videos. |
De La Voz de Galicia, en la inauguración. |
La pintura de Lamazares es, por contra, sutileza para Gonçalves -crítico de Porto al que conoció en Alemania-, tiempo pasado que describe con simplicidad en veladuras sobre el cartón. Su hermético decir nihilista, (ya conocido pues su obra ocupó con munificencia todas las paredes del espacio del centro cultural hace poco), lo hace ahora móvil con los biombos. Es también una evanescencia..., y el contrapunto franciscano entre ellos, cuya pintura es hibérbole y desmesura.
Alexandro: en Televisión de Galicia: Zig Zag diario |
Alexandro trae de nuevo su asombro por la gente de la costa (aquí estuvo su sorprendente ‘Comarea’), en grandes cabezas de acumulativas y gestuales pinceladas que puso de moda Miquel Barceló con la arena de Mali. Presiente que está cerca del ‘cuadro ante el que se callarán los pájaros’, dueño de un decir plástico maduro, lo que asimismo percibe en su texto Jaime Noguerol, con quien compartió días de vino y rosas por Madrid o Dublín. Tareixa Taboada, musa y pareja otrora del artista, le escribe asimismo...
Ha conseguido reunirles Miguel A. Santalices Vieira, médico en política desde hace muchos años, parlamentario de varias legislaturas y desde hace dos años vicepresidente, que hace de Factótum conseguidor de la muestra, logrando que Teófilo Edicións haga su Catálogo.
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Inaugurada antes de la pasada Navidad aún permanece abierta, cerrándose el 23 de febrero.
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