lunes, 1 de julio de 2013

Diálogos de Sula Repani y Eva Casado

En la Sala de la Fundación Vicente Risco (Allariz) están exponiendo Sula Repani y Eva Casado Blanco. Son unos ‘Diálogos’, dicen, desde los que ambas artistas expresan su decir plástico, diálogos que lo son también desde el plano personal de relación pues Sula y Eva participan en el Colectivo ArteMud, lo que ha propiciado conversaciones y confidencias.




 Desde Atenas a Ourense viaja Sula en pos de su destino, donde llega mediada la década de los ochenta para vivir en Tamallancos (mas a Atenas vuelve periódicamente para esponjarse en el aroma vital de su mundo natal y de formación, porque jamás se puede ir uno de las raíces, sombra de lo que éramos y seremos). Eva, más joven, procede de Suresnes (Francia), Commune en las inmediaciones de París, dónde nace. La formación con el gran pintor moscovita Igor Bitman, primero, y la École Nationale Superieur des Beaux-Arts (París), después, son la base de su licenciatura en 2004 en la Complutense de Madrid, flash formativo de una artista, como Sula, de crecimiento pausado, que la trae hasta Allariz. Aquí ambas convergen y nos ofrecen una exposición de voces, más que de ecos. Desde las sugestiones mutuas hablan no obstante sus dos saberes, mundos en comunicación que exponen desde sus alfombras ante nuestros ojos en la sala baja de la fundación alaricana: son los Diálogos en 'Arte en Risco'.



Estas dos obras, la de arriba y la de abajo (díptico)  de Sula Repani se hallan en la exposición.
Sula Repani expresa el gozo de la libertad desde sus obras, en las que salta a las aguas atenienses y orensanas que, más que saladas o dulces, son el medio para una acción, desde el movimiento. Distinto es el aroma que exhala esa niña que, en bicicleta, persigue al niño rubio que corre delante, ambos a la orilla de un mar que entra en curvas y contra curvas, en un atardecer con el cielo en arrebol sobre los barcos. Este es un paseo con nostalgia, ejercicio mental que completa al muscular de la natación. La vida sale al encuentro desde la pintura. Como en los motivos paisajísticos en los que los árboles singulares -aquí un pino, allí un almendro en flor- expresan sensaciones vitales, siempre desde perspectivas altas. Es una brisa, un dejarse ir al aire, en la luz, momentos de felicidad, un decir distinto.

'Grecia en el corazón' (I) díptico,ól.s/tabla., 45x180cm. 
Eva Casado es, por su parte, una fina artista de variados registros con el pincel o el buril, pues también graba, habiendo participado en Allariz en la Mostra internacional de obra gráfica. Como ceramista está haciendo piezas en los últimos años. En todas estas vertientes, o facetas, se percibe su interés, consciente e intuitivo a la vez, por las raíces, así cuando trata el Metro parisino, o el tema del ‘abellón’, de atávica potencia etnográfica. En la cerámica es la magna mater de aire micénico o prehistórico. 

Obras de Eva Casado.
Así es la segunda exposición de los miembros del Colectivo ArteMud, nuevas alas para la Fundación, que se convierte así en una ventana al arte. Que es aquí ‘ena paráziro stin téjni’ (Sula) y ‘une fenêtre sur l’art’ (Eva).


Manolo Figueiras y Seo, contemplan la exposición de sus compañeras Sula y Eva.



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