martes, 25 de julio de 2017

La Bienal Internacional de Çerveira en Ourense

XABIER LIMIA DE GARDÓN
ARTE ET ALIA




Viajar para abrir mundos, los nuestros, ampliar vidas con la percepción de otras, en los nuevos paisajes, espacios de relación. Así es nuestra propuesta de arte, en la víspera del Señor Sant-Iago, patrón de las Españas, fiesta mayor de Galicia. Desde el agua como vehículo, Vila Nova de Cerveira, en Portugal, donde el río Miño es ya minhoto, aguas compartidas, y tierras, como en la insua da Boega, y también el nuevo puente internacional hacia Goián, Pontevedra. La pequeña y encantadora villa del norte del vecino país es un punto de atracción artística internacional desde su Bienal de Arte, que suscita atención y genera movimientos turísticos en un público interesado, lo que provoca un incremento en la economía de la zona desde el consumo, vino y gastronomía: cultura es riqueza. Hay para ello una decidida apuesta por parte de distintos organismos públicos, lo que la han convertido en la más antigua de Portugal, y de la Península Ibérica, ‘en termos de actividade’.











El título de la Expo es 'Entre o pincel e o rato' (de ordenador, of course).

















Llega así hasta el Centro Cultural de la Diputación una muestra procedente del Mº Bienal de Cerveira que se basa en la XIXª


Bienal, cuyo tema central ‘Apropriações da arte popular’ se enmarca en el contexto ’Da Pop Arte ás trans-vangardas’.






En las dos grandes paredes de la sala baja está la ‘pintura monumental’, por sus dimensiones (425x217 cm), diez mundos de arte, cinco en cada una, acrílicos en tela realizados en 1999, de Augusto Canedo, Acácio Carvalho, Ana Cristina Leite, Jaime Isidoro, Francisco Trabulo, Henrique de Vale, Sobral Centeno, Rui Aguiar, Miguel D’Alte y Adriano Mesquida, una propuesta de la movilidad transformadora del arte desde el gigantismo en la escala, susceptible de colocarse en exteriores. 




Comparten la sala agradecidas muestras plásticas, caso de ‘Personagem com estigmas’, que aúna escultura y pintura sobre tela, obra de 1992 del mencionado Trabulo; ‘María VII’ de Gerardo Burmester, 1989, de intenso rojo sobre madera pintada y dintel de cuero.





Más singular es la de Inez Winjnhorst, sugestiva obra monocroma de 1999, con mensajes en pequeñas viñetas, que son como retales al modo patchwork. Completan el interesante elenco de obras dos más en formato video: el de Ututu, y el de Beatriz Pérez con Kirenia Martínez, respectivamente, de 2009-10, que son lo más reciente de esta sugerente selección.

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