( " Asún Adá:"El espíritu de la luz"" )
Enrique Jiménez Carrero es un artista que pinta, y esculpe a veces, que ha realizado también ilustraciones y escenografías teatrales. Poseedor de una decantada técnica que le sirve para crear melancólicas asociaciones de imágenes, su obra brilla en la sala Visol desde hace unas fechas. Contemplar la obra de este consagrado artista extremeño, de Granadilla (Cáceres), es constatar la honda huella de Eduardo Naranjo, entre otros, artista al que hemos disfrutado entre nosotros en la dorada época de Caixa Ourense, en las salas de la avenida de Pontevedra. El embalse de Gabriel y Galán anegó los campos que rodean su villa natal asentada en su peña oval, tras las murallas de la época del dominio musulmán. Por ello la familia del artista se trasladó a Plasencia. Luego la Escuela de Bellas Artes de Tenerife y la Academia de San Fernando de Madrid, hasta llegar a la Dirección de Filatelia de Madrid, en el Dpto. de Imagen y Diseño. En sus temas, transita la figura humana, femenina principalmente, mas también tienen una destacada presencia frutas y flores, o animales, entre los que destaca ese blanco caballo que es como su icono base. En sus limpias composiciones, recortadas sobre potentes fondos de cálido empaste, muestra historias desde una puesta en escena sumamente elaborada en la que se aprecia su hábil manejo de la luz y el color, con los que busca definir su mundo. Un arte que vive del venero de la imaginación controlada de progenie surrealista, que ha mostrado asimismo en algún que otro sello de correos.
Vale decir que es una joven artista en tránsito vital físico, verinense de formación, y de Cea por su familia materna, dónde tiene su estudio. De Asunción Rdz. Adá a Asun Adá. Entre la fotografía y la pintura hay también como una polaridad de artes que es, como aquella, aparente. Estas son sus dos querencias expresivas, desde las que habla con impetuoso gesto, y corazón. En breve tiempo ha realizado numerosas exposiciones, desde la inicial en la Casa del Escudo en Verín en 2005 hasta la de la sala alternativa en el Simeón hace pocos meses. En esta, de la Galería Manuel Márquez dentro del Outono fotográfico, titulada “la luz que me adelanta”, marida cuadro y fotografía al pegar ésta en aquel, sobre tablero, logrando interesantes armonías de equilibradas masas de imágenes. Es un camino iniciado con “Esencia de mujer”, que exhibió en Miranda del Ebro, Sanxenxo y Carballiño. Su sentido cromático y del ritmo es una fresca ráfaga, una visión de su yo en agónica tensión creativa. Desde el obturador de la cámara abierto la luz le habla, con lo que añade una profundidad de contenido a su expresión. Ha trabajado como maquetadora del recetario Raíces da cociña artesá, de Erundina Vázquez, y como fotógrafa en "Vals latino", de María Lameiras, con la que estuvo emparentada. Ha realizado además para Delta Publicacións capas de libros.
Enrique Jiménez Carrero es un artista que pinta, y esculpe a veces, que ha realizado también ilustraciones y escenografías teatrales. Poseedor de una decantada técnica que le sirve para crear melancólicas asociaciones de imágenes, su obra brilla en la sala Visol desde hace unas fechas. Contemplar la obra de este consagrado artista extremeño, de Granadilla (Cáceres), es constatar la honda huella de Eduardo Naranjo, entre otros, artista al que hemos disfrutado entre nosotros en la dorada época de Caixa Ourense, en las salas de la avenida de Pontevedra. El embalse de Gabriel y Galán anegó los campos que rodean su villa natal asentada en su peña oval, tras las murallas de la época del dominio musulmán. Por ello la familia del artista se trasladó a Plasencia. Luego la Escuela de Bellas Artes de Tenerife y la Academia de San Fernando de Madrid, hasta llegar a la Dirección de Filatelia de Madrid, en el Dpto. de Imagen y Diseño. En sus temas, transita la figura humana, femenina principalmente, mas también tienen una destacada presencia frutas y flores, o animales, entre los que destaca ese blanco caballo que es como su icono base. En sus limpias composiciones, recortadas sobre potentes fondos de cálido empaste, muestra historias desde una puesta en escena sumamente elaborada en la que se aprecia su hábil manejo de la luz y el color, con los que busca definir su mundo. Un arte que vive del venero de la imaginación controlada de progenie surrealista, que ha mostrado asimismo en algún que otro sello de correos.
ASUN ADÁ, DE VERÍN A CEA
Vale decir que es una joven artista en tránsito vital físico, verinense de formación, y de Cea por su familia materna, dónde tiene su estudio. De Asunción Rdz. Adá a Asun Adá. Entre la fotografía y la pintura hay también como una polaridad de artes que es, como aquella, aparente. Estas son sus dos querencias expresivas, desde las que habla con impetuoso gesto, y corazón. En breve tiempo ha realizado numerosas exposiciones, desde la inicial en la Casa del Escudo en Verín en 2005 hasta la de la sala alternativa en el Simeón hace pocos meses. En esta, de la Galería Manuel Márquez dentro del Outono fotográfico, titulada “la luz que me adelanta”, marida cuadro y fotografía al pegar ésta en aquel, sobre tablero, logrando interesantes armonías de equilibradas masas de imágenes. Es un camino iniciado con “Esencia de mujer”, que exhibió en Miranda del Ebro, Sanxenxo y Carballiño. Su sentido cromático y del ritmo es una fresca ráfaga, una visión de su yo en agónica tensión creativa. Desde el obturador de la cámara abierto la luz le habla, con lo que añade una profundidad de contenido a su expresión. Ha trabajado como maquetadora del recetario Raíces da cociña artesá, de Erundina Vázquez, y como fotógrafa en "Vals latino", de María Lameiras, con la que estuvo emparentada. Ha realizado además para Delta Publicacións capas de libros.
(Texto completo del artº en el que comento la exposición de esta joven y emergente artista. Es de una conocida familia de la villa. Publicado polo autor co título "Asún Adá y J. Carrero, la melancolía del recuerdo" en La Región, Novembro, 29, 2010)
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