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lunes, 30 de abril de 2018

En torno a los 'Discípulos de Emaús' de Caravaggio


Michelangelo Merisi da Caravaggio (1573-1610), es un artista de fines del manierismo romano que con el que da inicio el Barroco. Su apuesta por lo real, claramente, y la percepción desde la luz, con efectos dramáticos, es el Tenebrismo o luz de sótano.


Caravaggio expresa con hondura toda una lección teológica desde la historia de “los discípulos de Emaús”, o pequeña Última Cena.  Están, ante todo, el pan y el vino, esto es, la Eucaristía. Mas está también la sombra del criado... que no existe, ...
un pollo en la fuente,
y un sólo cuenco...



La cesta de frutas es todo un artificio simbólico. No hay nada al azar y el pintor quiere mandar un mensaje con cada una de las frutas.



Hay desde ellas unas claves, que son símbolos, y todos juntos una alegoría...: las manzanas del 'pecado original', la uva negra, que puede aludir a la muerte, que están al lado de las uvas blancas, que serían la resurrección, siendo las granadas la Pasión de Cristo...




Pero hay además otro símbolo, erudito en clave manierista, que se halla sutilmente disimulado a la vista, en las inmediaciones de aquella cesta-frutero, la cola de un pez y su parte media. Este es un artificio, antiguo código secreto de los primeros cristianos del ámbito romano helenístico: pez, en griego, una alusión a Christo.


Evangelio de Lucas, 24:30-32:

Y esto sucedió. Mientras estaba en la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. y en ese momento se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero ya había desaparecido. Entonces se dijeron el uno al otro: «¿No sentíamos arder nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?”.

Alusión a peregrino desde la concha que aunque nop sea de vieira sino de zamburiña no deja lugar a dudas...

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