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martes, 14 de febrero de 2017

IMÁGENES DEL ARTE POP DE EE.UU.

ARTE ET ALIA
XABIER LIMIA DE GARDÓN


Warhol ideó la famosa ‘Marilyn blanca’ tras la muerte de la actriz en 1962. Era ya una serigrafía con acrílico, y con otras ocho formó parte de la primera exposición monográfica del artista en la Stable Gallery de Nueva York. Vendrían luego otras Marilyns, la de menta, la dorada, la azul... La primera fue subastada hace un par de años en más de doce millones de dólares. Era mitómano, si, pero más aún era un ‘avida dollars’, que capta enseguida cómo la desaparición del ídolo del star system cinematográfico iba a ser un filón de oro. Explotó después también a James Dean, fallecido asimismo trágicamente unos años antes cuando había participado tan sólo en tres películas..., necrofilia que en nuestros días sigue produciendo grandes ventas, caso de Prince el pasado año. Para Warhol era un proceso de factoría, desde máquinas ampliadoras de las imágenes de los negativos fotográficos, pasadas a serigrafías sobre tela, para darles apariencia de cuadros, con la introducción de sombras de contraste de diversos colores: nace así la producción de series, desde las que la Warhol Factory mantuvo el mito. Sin su visión comercial, y la del galerista Leo Castelli, que generaba el glamur y valor de cambio, el Pop Art sería distinto.



Este estilo surgido desde la alegría y la libertad consumista en los años de la escalada belicista en Indochina, con protestas antimilitares, contestación visibilizada en músicos, filósofos y escritores. Warhol, Lichtenstein y Rauschenberg, el Indiana del ‘Love’, tarjeta navideña para el MOMA en 1964, luego convertida en escultura monumental, paliaron la decepción de una sociedad desde el horizonte de la imagen del cine y la publicidad de los nuevos medios de comunicación, las revistas Time o Vogue, y la televisión, ventanas de un nuevo mundo en las fiestas, de hedonismo y lujo, mientras los cow boys se alejaban fumando hacia el horizonte. Con estas fotografías-biombo de la sociedad hacían vistosos collages, recuperando esa técnica con la ironía de las vanguardias de comienzo de siglo, mas ahora en clave de comedia. Su colorista expresión se prolonga con Kaufman, Mel Ramos o Psaier, Haring con el grafitti o de Felipe, que mantienen un modo de expresión ya demodé. La botella de Coca-Cola, la sopa de tomates Campbell, con el dólar o la bandera, objetos-símbolo todos de lo cotidiano, un nuevo realismo.





Así en esta muestra, llegada de los fondos de MBA Graphic Arts, que trae la Fundación Cum Laude a Ourense por segunda vez: la muestra de ahora, de láminas enmarcadas, se centra en los motivos, James Dean, Elvis, Bowie, Mao y Jimmy Carter, Celine Dion, Frida Kalho o Beethoven, en un juego icónico que abarca al mobiliario, con el caballo-lámpara, o el tapiz Marilyn, ésta de José Luis Sánchez, quizás pieza única. Mas el Pop art bebió del cómic, e influyó en la apariencia decorativa de edificios, llegando también a la moda, caso de Ives Saint-Laurent, en vestidos y bolsos.





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