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sábado, 9 de febrero de 2013

Miquel Barceló en la Galería Elvira González

Antes de que comience el Carnaval (de las artes) Arco 2013, el 13... Miquel Barceló !.

Nacido en Felanitx (Mallorca, 1957) llega a Madrid estos días previos a la cita anual, a la 'Galería Elvira González'. Aquel joven casi imberbe que entra en l’ Escola d’Arts i Oficis de Palma de Mallorca con quince años, a los 24 participa ya en la Bienal de Sao Paulo (1981), y al año siguiente en la Documenta de Kassel (Alemania). Un meteoro (calidad personal y promoción de galerista al alimón).

Es en 1986 Premio Nacional de Artes Plásticas, representándonos en la Bienal de Venecia en 2009. En 2003 Premio Príncipe de Asturias de las Artes.

Desde 1989 en que se instala en Mali, África, varios meses, su arte y visión del mundo cambia... Su labor artística abarca pintura, escultura y cerámica. En 2007 hace una controvertida intervención con terracota en la capilla del Santísimo de la catedral de Palma. Siete años de trabajo. En 2008 fue la cúpula de la Sala XX del Palacio de las Naciones Unidas en Ginebra (Suiza). 

Las obras, el artista en pose, en la 'Galería Elvira González', a fines del pasado mes...


Mientras lees su Manifiesto prueba a oir, de fondo, a Ballaké Sissoko y Ludovico Einaudi  -otro europeo en armonía con lo africano desde la música-, en su tema a dúo 'Diario Mali'. Y fíjate en lo que destacamos -subrayado incluído-pues elucida, aclara, conmueve...

MANIFESTO DE BARRO. Miquel Barceló.
Otoño 2012

ESCRIBÍ UNA VEZ que si empecé a trabajar con arcilla es porque en Gogoly-Sangha (Mali) el viento no me dejaba pintar. Seguramente así fue, pero todavía más seguro es que con esta arcilla no hacía otra cosa que seguir pintando.

Como previamente con mis cuadros tuve que empezar de cer una vieja alfarera de Banani me enseñó donde recoger la mejor tierra y el modo de prepararla. Después de mezclarla con estiércol de camello y asno así como con cascotes machacados de viejas ollas y tinajas (chamota) amasando repetidas veces esta masa (olorosa masa) dejándola fermentar antes de amasarla otra vez se obtiene una arcilla de una cierta plasticidad -nada parecido a cualquier arcilla del comercio blandas y flexibles como plastilina- la suficiente para, al menos poder empezar a modelar alg una cabeza.

La primera obra en arcilla dogón empezó siendo una calavera a la que pensaba engancharle dos grandes orejas. Ante la fealdad atroz del resultado, sustituí las orejas por una larga nariz puntiaguda, un poco mi nariz pero más larga todavía... Me di cuenta de que era Pinocchio cuando, entre el secado y la cocción el tamaño de la cabeza se redujo un quince por ciento. Entonces fue la evidencia misma que la larga nariz son las mentiras que persisten a la muerte. (...) [el subrayado es nuestro]

La auténtica y sola medida es nuestra propia vida. Uno se va dando cuenta de estas cosas. Así, la terracota, eso que llamamos cerámica, sería como el genérico de la pintura, como el ácido acetilsalicílico lo es de la Aspirina.


Siempre me acuerdo del búho de Chauvet (...). 25 segundos, 27 tal vez, calculo que tardó el Maestro del Dedo Meñique Atrofiado (...). Las dos orejas enhiestas y los dos puntos que nos miran desde el futuro. Esta gran obra maestra está hecha de arcilla, de barro, limo. Ni siquiera terracota, tierra seca: como Massacio, como todo.


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